Por: Dr. Armando Duarte
Cuantos de nosotros decimos escuchar a las personas que nos rodean, los sonidos de nuestro alrededor o simplemente ruido de la ciudad, pero es que en realidad escuchar no es solo oír sonidos o palabras, escuchas es algo mas que solo eso, es algo más profundo, para eso te invito a descubrir qué se requiere para escucha a quienes más queremos.
Para escuchar se requiere querer escuchar, si no se tiene voluntad de hacerlo, aunque el otro nos diga a gritos sus palabras no lo escucharé. Se debe de tener disposición, voluntad y ganas de querer escuchar.
Tener interés por la otra persona de conocer sus pensamientos, necesidades, de dejar a un lado mi yo para centrarme en ella, en lo que quiere decirme. Escuchar es un acto de amor, de donación.
Ya quiero escuchar a la otra persona, me intereso en ella, ahora le pongo toda mi atención, mi concentración a sus palabras y a su cuerpo, necesitamos enfocar todos nuestros sentidos hacia ella y dejar a un lado mis preocupaciones.
Estar abierto a su experiencia sin tener que enojarme o desaprobar sus decisiones, es algo que debemos dejar a un lado y simplemente respetar y aceptar su vida. Escuchar requiere vaciar nuestras expectativas y disponer el alma para recibir lo vivido por la otra persona.
Con tantas cosas por hacer y prisas por terminar los pendientes a veces no tenemos el tiempo suficiente para sentarnos a escuchar a la otra persona, pero se requerirá dedicarle el tiempo necesario para hablar. Escuchar es un acto de generosidad.
Hablar en la sala, cocina o habitación no es muy recomendable por las distracciones que puede haber, es mejor es un lugar privado, silencioso y sin cosas que puedan desconcentrarte, así se sentirán más cómodos y todo fluirá mejor.
Finalmente, elegir un horario conveniente para escuchar, cualquier hora puede ser bueno para hacerlo, sin embargo, hay momentos en nuestro cerebro que funcionan mejor que en otros, por ejemplo, en la noche no se puede hablar porque ya se están cansados de las actividades del día, por eso es conveniente hacerlo por la mañana, luego de haber dormido y desayunado o por la tarde cuando no se está tan abrumado.
Es importante reconocer que escuchar es un proceso que se perfecciona en la medida que lo vamos poniendo en práctica.
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