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8 de octubre de 2023

 

DOMINGO 27° TIEMPO ORDINARIO
Proclamación y silencio
​2. Envía su propio hijo

Proclamar el texto en forma clara, dando importancia a lo que se lee y con pausas entre cada acción relatada. Dejar tiempo para que cada uno lo lea nuevamente en silencio.

 

Del evangelio de san Mateo. 33«Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. 34Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. 35Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. 36De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. 37Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán." 38Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia." 39Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. 40Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» 41Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo.» 42Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? 43Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos.» Palabra del Señor.

​Reconstrucción del texto

Alguna persona puede relatar el texto de memoria.

 

  1. ¿Cuáles son los personajes y situaciones de la parábola de los viñadores homicidas?

  2. ¿A quiénes pide Jesús su parecer sobre qué hará el propietario de la viña con los viñadores homicidas?

  3. ¿Qué contestaron?

  4. ¿A quiénes será quitado el Reino de Dios? ¿Por qué? ¿a quiénes será entregado? ¿Para qué?

 

Ubicación del texto

 El texto de este domingo pertenece a la quinta parte del Evangelio donde se narran diversos hechos referentes a la próxima venida del Reino de los Cielos. Jesús utiliza el género literario de las parábolas para dar a conocer su mensaje. Ya les había comentado la parábola de los hijos (11,28-32).

​1. ¿Quiénes son los viñadores?

​Dios ha rodeado con tanto amor a su pueblo elegido a lo largo de la historia, y sin embargo éste no ha sabido corresponder de igual manera. La parábola del Evangelio según San Mateo hace una acusación contra los viñadores. En aquella época los grandes latifundios se alquilaban a los trabajadores a cambio de una parte de los frutos. Los viñadores son los jefes del pueblo, que han rechazado reiteradamente a los enviados de Dios, los profetas, apedreándolos y matándolos. Como queda claro en el versículo 45, los sumos sacerdotes judíos y los fariseos entienden que la parábola se refiere a ellos y no al pueblo.

Por último, el propietario, es decir Dios Padre, envía a quien piensa que merecerá más respeto, su propio Hijo Jesucristo, pero esto excita más los instintos criminales de los viñadores. En vez de cuidar la viña, pretenden quedarse con la propiedad. Según una norma del antiguo derecho, una propiedad pasaba a ser del arrendatario si el propietario moría sin tener herederos; los viñadores matan al hijo calculando que de esta manera ellos llegarían a ser dueños de la viña.

​

3. ¿Qué hará el dueño de la viña?

 En la parábola, Jesús induce a los sumos sacerdotes y a los fariseos que se dicten su propia condena: que se aplique la pena de muerte a los criminales y que se entregue la viña a otra gente más honesta. Jesús parece aludir a la entonces próxima destrucción de la ciudad de Jerusalén y al anuncio del Reino de Dios a los pueblos paganos. Ellos han rechazado a Jesús y están a punto de matarlo, sin embargo, en el plan de Dios, ese mismo Jesús será la piedra angular de la nueva construcción que Dios va a realizar.

​MEDITACIÓN: ¿Qué nos dice esta Palabra?

Como nuevo pueblo de Dios, nosotros estamos bajo el juicio de Dios: Todo depende si nos entregamos en la administración correcta de la viña que es la Iglesia, dando fruto de la fe y, ante todo, del amor fraterno, en el momento oportuno.

 

  1. ¿Somos conscientes que somos “labradores” de la viña? ¿en qué nos damos cuenta?

  2. ¿Qué frutos entregamos al Señor “a su debido tiempo”?

  3. ¿Compartimos los dones que el Señor nos ha dado? ¿Cómo?

 

ORACIÓN: ¿Qué nos hace decir esta Palabra?

 Demos gracias a Dios por habernos llamado a ser administradores de la Iglesia, comenzando por nuestra familia y parroquia y por darnos la posibilidad de dar frutos de fe, amor y paz. También presentemos nuestras súplicas, pidiéndole que nos de la gracia de ser labradores fieles a su viña.

 

CONTEMPLACIÓN: ¿A qué nos compromete esta Palabra?

 En un momento, reconocer a Jesús que hoy nuevamente nos confía el cuidado de su Iglesia, administrando correctamente los bienes que Dios nos ha dado en ella, dando frutos de fe, esperanza y caridad. Por tanto, ¿a qué me compromete el texto en la comunidad donde vivo?

 

CANTO: El viñador. MPC 162.

15 de octubre de 2023

 

DOMINGO 28° TIEMPO ORDINARIO
​INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo y danos el don de Sabiduría.

Ven Espíritu Santo y danos el don de Entendimiento.

Ven Espíritu Santo y danos el don de Consejo.

Ven Espíritu Santo y danos el don de Fortaleza.

Ven Espíritu Santo y danos el don de Ciencia.

Ven Espíritu Santo y danos el don de Piedad.

Ven Espíritu Santo y danos el don del Santo Temor de Dios.

(Se puede entonar un canto al Espíritu Santo).

 

LECTURA: ¿Qué dice el texto?

 

Proclamación 

 Del evangelio de san Mateo. 1Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: 2«El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. 3Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. 4Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda." 5Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; 6y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. 7Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad. 8Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. 9Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda." 10Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. 11«Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, 12le dice: "Amigo, ¿Cómo has entrado aquí sin traje de boda?" Él se quedó callado. 13Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes." 14Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.» Palabra del Señor.

​Reconstrucción del texto

Alguna persona puede relatar el texto de memoria.

 

  1. ¿A qué se parece el Reino de Dios?

  2. ¿De quién celebraba el rey las bodas?

  3. ¿A cuántos grupos de servidores envió el rey para invitar a la gente?

  4. ¿Cuántas veces envió el rey al segundo grupo de servidores?

​Para profundizar

Para muchos la invitación de Dios perturba sus planes y proyectos, les interesa más su trabajo y su negocio. No creen solamente que pueden arreglárselas muy bien también sin Dios, sino que se han creado sus propios dioses: dinero, fama, carrera, poder, placer a toda costa.

 

Estamos frente al misterio del Amor de Dios, Él quiere que todos se salven, invita a todos, pero no obliga a nadie.

 

Ya el profeta Isaías había imaginado que Dios “ofrecerá a todos los pueblos un banquete de manjares suculentos, un banquete de vinos añejados” (Is 25,6). El banquete y las bodas son expresiones que describen la felicidad de los últimos tiempos, cuando Dios haga la alianza definitiva con su pueblo, y se comience a gozar de la paz y de la alegría sin fin.

​Invitados al banquete

En este banquete, primero los invitados se niegan a participar, ni siquiera consideran necesario disculparse, piensan que tienen algo más importante que hacer, hasta maltratan y matan a los que traen la invitación a la fiesta.

 

El rey que celebra las bodas de su hijo, es Dios Padre que invita a participar en la fiesta de su Hijo Jesucristo. El primer grupo de servidores alude a los profetas de la Antigua Alianza que tantas veces predicaron el mensaje de Dios sin encontrar eco; el segundo grupo de los servidores son los Apóstoles cristianos, son enviados dos veces, y a dos grupos distintos: A la gente de la ciudad, es decir a Jerusalén. La primera invitación a entrar en la sala de fiesta, a la Iglesia de Jesucristo, se hizo a los judíos, pero la mayoría de ellos no la tuvieron en cuenta; al contrario, comenzaron a perseguir a los cristianos, asesinándolos. El incendio y la destrucción de su capital Jerusalén, a mano de tropas romanas, en el año 70, se interpretan como un castigo de Dios por todo eso.

​Vayan a “los cruces de los caminos”

La segunda invitación se dirige a quienes no habían sido invitados en el primer momento. Este llamado a la gente de “los cruces de los caminos” alude sin duda a la entrada de los paganos a la Iglesia, después de que Israel rechazó la invitación al Evangelio. Mateo sabía por propia experiencia que la predicación del Evangelio fue mejor acogida entre los paganos que entre los judíos.

​

MEDITACIÓN: ¿Qué nos dice esta Palabra?

Dios nos ha llamado a todos a participar en el banquete de su Reino, pero solo serán admitidos los que viven su dignidad cristiana. Es necesario un estilo de vida que ponga en práctica las enseñanzas de Jesús.  No es suficiente haber sido bautizados. Es necesario vivir como bautizados.

 

  1. ¿Nos sentimos invitados a hacer parte de la Iglesia Católica? ¿Por qué?

  2. ¿Participamos con alegría del banquete eucarístico dominical? 

  3. ¿Ayudamos para que otros se sientan invitados a entrar a la Iglesia Católica? ¿Cómo?

  4. ¿Es más importante la invitación de Dios, o nuestros intereses personales? ¿en qué nos damos cuenta?

  5. ¿Cómo vivimos nuestra misión de bautizado? 

  6. ¿Hay unidad entre lo que creemos y lo que vivimos? ¿por qué?

 

ORACIÓN: ¿Qué nos hace decir esta Palabra?

Elevar una plegaria agradecida al Señor porque nos ha llamado a hacer parte de su iglesia, por medio del Bautismo y la participación en el banquete de la Palabra y de la Eucaristía y pidámosle la gracia de una coherencia de vida en que la parte espiritual coordine nuestras decisiones y actitudes.

 

CONTEMPLACIÓN: ¿A qué nos compromete esta Palabra?

Reconocer en silencio, la presencia de Jesucristo que hoy nos sigue llamando a participar de su Banquete en la iglesia, teniendo en cuenta que nuestra respuesta exige una vivencia de los principios evangélicos, por tanto: ¿A qué me compromete el texto personalmente, en mi familia y en la parroquia?

 

CANTO: Tú nos invitas Jesús, MPC 433.

22 de octubre de 2023
 
DOMINGO 29° TIEMPO ORDINARIO
​INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo, danos el don de Sabiduría.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Entendimiento.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Consejo.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Fortaleza.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Ciencia.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Piedad.

Ven Espíritu Santo, danos el don del Santo Temor de Dios.

(Se puede entonar un canto al Espíritu Santo).

 

LECTURA: ¿Qué dice el texto?

 

Proclamación y silencio

 

Proclamar el texto en forma clara, dando importancia a lo que se lee y con pausas entre cada acción relatada. Dejar tiempo para que cada uno lo lea nuevamente en silencio.

 

Del evangelio de san Mateo. 15Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. 16Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. 17Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?» 18Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? 19Mostradme la moneda del tributo.» Ellos le presentaron un denario. 20Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?» 21Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.»

 

Palabra del Señor.

​Reconstrucción del texto

Alguna persona puede relatar el texto de memoria.

 

  1. Los fariseos, ¿a quiénes enviaron al encuentro de Jesús?

  2. ¿Con qué intención lo enviaron?

  3. ¿Qué virtudes de Jesús reconocieron?

  4. ¿Qué pregunta le hicieron a Jesús?

  5. ¿Cómo reaccionó Jesús?

 

Ubicación del texto

 Este texto está ubicado en la 6° parte del Evangelio; donde se narran los acontecimientos vividos por Jesús y sus oyentes acerca de la venida próxima del Reino de los Cielos. La realización de este Reino tendrá como condición fundamental la justicia “A Dios lo que es de Dios”.

​Para profundizar

¿Aceptar cualquier autoridad?

Al pueblo judío no le gustaba pagar impuestos a los romanos como se les exigía desde el año 6 después de Cristo. Fue una vergüenza que el pueblo elegido de Dios tuviera que pagar impuestos a los paganos impuros, y más aún: el emperador romano se hacía tratar como un dios. Muchos pensaban que por fidelidad al Único y Verdadero Dios, no se debía aceptar la autoridad del emperador ni se le debían pagar los impuestos.

En la práctica, los partidarios de Herodes estaban a favor de entregar el tributo al César. Los grupos revolucionarios estaban radicalmente en contra, lo consideraban como una gran ofensa a Dios, único soberano del pueblo de Israel. Los fariseos adoptaban una postura intermedia: entregaban los impuestos a regañadientes.

 

Con mala intención

 Los enviados de los fariseos no le preguntaban a Jesús si es lícito no pagar, sino, si al pagar los impuestos no se está pecando. Vinieron con una mala intención. Si Jesús respondía que había que pagar, ellos podían acusarlo diciendo que Él aceptaba al César como un dios, y que además era un mal ciudadano, ya que reconocía como legítimo el gobierno invasor, pero si Jesús decía que no había que pagar, entonces podían acusarlo como subversivo ante las autoridades romanas, como de hecho lo hicieron ante Pilato (Lc 23,2), Para tener testigos y acusadores influyentes ante los romanos, los fariseos se hacían acompañar de algunos partidarios de Herodes, que eran una facción claramente pro-romana.

 

No dijo ni si, ni no

 Pero Jesús los decepciona en sus malas intenciones. No contesta ni sí ni no, sino con la exhortación: “Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”. Jesús no se identificó con ninguna de las posturas frente a la cuestión de los impuestos.

 La respuesta de Jesús contiene sólo dos mandamientos: de dar al César lo que es del César y de dar a Dios lo que es de Dios. Todo el peso recae sobre la exhortación de dar a Dios lo que es de Dios. Lo que realmente importa no es el César ni los impuestos, sino la Voluntad de Dios. Lo importante es que el hombre reconozca a Dios como único Señor. Al emperador le pertenecen las monedas del impuesto, pero no la sumisión como señor absoluto.

​MEDITACIÓN: ¿Qué nos dice esta Palabra?

Es fundamental que reconozcamos que, aunque el poder terreno tiene importancia en nuestro mundo, la misión del hombre es hacer la voluntad de Dios con una vida en proceso de conversión y que todo viene de Dios y a Él debe volver.

 

  1. ¿Qué significa para nosotros ser justos ante Dios? 

  2. ¿Cómo cumplimos la voluntad de Dios? 

  3. ¿Nuestra vida responde al plan de salvación trazado por Dios? ¿en qué nos damos cuenta?

  4. ¿Qué estamos haciendo para que la política sea un servicio a los demás? 

  5. ¿Damos a Dios lo que es de Dios? ¿cómo?

 

ORACIÓN: ¿Qué nos hace decir esta Palabra?

Démosle gracias a Dios porque nos ha dado todos los medios posibles para seguirlo obedeciendo sus mandatos y dando autoridad a algunas personas para que gobiernen con justicia y pidámosle que seamos fieles a los principios enseñados por Jesucristo y que la política busque siempre hacer el bien a los pueblos.

 

CONTEMPLACIÓN: ¿A qué nos compromete esta Palabra?

Detenernos en un momento, a pensar y admirar la presencia de Jesús que hoy nos llama a reconocer que Él es el único Señor y que a Él se dirige toda nuestra vida, y que, aún el poder político, también debe ser iluminado por su mensaje. Por tanto, en el ambiente en que nos encontramos de abusos políticos, ¿a qué me compromete el texto a favor de los más necesitados?

 

CANTO: Jesucristo me dejó inquieto. MPC 247.

29 de octubre de 2023

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DOMINGO 30° TIEMPO ORDINARIO
​INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo, danos el don de Sabiduría.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Entendimiento.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Consejo.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Fortaleza.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Ciencia.

Ven Espíritu Santo, danos el don de Piedad.

Ven Espíritu Santo, danos el don del Santo Temor de Dios.

(Se puede entonar un canto al Espíritu Santo).

 

LECTURA: ¿Qué dice el texto?

​

Proclamación y silencio

 Proclamar el texto en forma clara, dando importancia a lo que se lee y con pausas entre cada acción relatada. Dejar tiempo para que cada uno lo lea nuevamente en silencio.

 

Del evangelio de san Mateo. 34Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, 35y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: 36«Maestro, ¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» 37El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. 38Este es el mayor y el primer mandamiento. 39El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»

 

Palabra del Señor.

Reconstrucción del texto

 Alguna persona puede relatar el texto de memoria.

 

  1. ¿Quién acudió a Jesús para preguntarle algo?

  2. ¿Qué le preguntó?

  3. ¿Con qué intención le preguntó a Jesús el doctor de la Ley por el mandamiento más grande?

  4. ¿Qué contestó Jesús?

  5. ¿Cuál es el mandamiento más grande?

  6. ¿Cómo hay que amar a Dios?

  7. ¿Cómo hay que amar al prójimo?

 

Ubicación del texto

 Mateo continúa narrando aspectos doctrinales con los cuales Jesús anuncia la próxima venida del Reino de Dios. Es la 7ª parte del Evangelio. Después de haberle tapado la boca a los saduceos, Jesús contesta a un fariseo que quiso ponerlo a prueba acerca del mandamiento principal de la Ley.

Para profundizar

 

1. ¿Cuál es el mandamiento más importante?

Para ponerlo a prueba, un doctor de la Ley, le pregunta a Jesús por el mandamiento (entole) más grande de la Ley de Moisés. Los escribas contaban 613 mandamientos, de estos, 365 prohibiciones y 248 preceptos. Se preguntaban: ¿todos tienen el mismo valor? ¿O hay algunos que son más importantes y otros menos? ¿Hay uno que es el más importante de todos? La respuesta de Jesús es clara. No solamente uno de todos los mandamientos es el más importante, sino también abarca a todos los demás. Sin el amor no se cumple ninguno de todos los mandamientos. Sin el amor todos quedarían vacíos.

2. El corazón y el alma

Cuando en la Biblia se habla de corazón, se quiere indicar lo que está en el centro del hombre, el punto donde se resuelven las decisiones, el lugar donde están todas las intenciones. Para hablar de los pensamientos la Biblia no señala la cabeza sino el corazón. Amar a Dios con todo el corazón significa entonces que Dios debe ocupar todos nuestros pensamientos, debe estar en el centro de todo nuestro ser, de donde salen todas las opciones. Cuando los antiguos decían “alma” querían expresar lo que nosotros llamamos “vida”. Decir que debemos amar a Dios con toda el alma, significa que todo debe estar inundado del amor a Dios.

 

3. No basta amar con los sentimientos

¿Cómo es posible amar a Dios con todo el ser, si a Dios no se ve? Por una persona humana que se puede ver todos los días a veces se siente mucho, en cambio por Dios la mayoría de veces no “se siente” nada. No basta amar sólo con los sentimientos. Hay que amar también con la cabeza: el amor verdadero tiene que ver también con la inteligencia y con la voluntad. Tiene que ver con el reconocer, elegir, comunicarse y ser fiel. Por eso se puede hablar de un amor a Dios que esté por encima de todos los demás.

 

4. “Amarás a tu prójimo”

Jesús agregó otro mandamiento, también presente en la Ley de Moisés: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” De éste dice Jesús que es semejante al primero. El amor a Dios comienza por amar al prójimo que es criatura de Dios. Para amar verdaderamente a Dios se debe amar todo lo que Él ama. Y Dios ama a todos sus hijos. Por todos ellos Cristo derramó su sangre en la cruz. Dios está presente en cada hermano, especialmente en el más necesitado. El que ama al prójimo, ama a Dios.

 

Los dos mandamientos del amor a Dios y al prójimo, que en el Antiguo Testamento se encuentran muy distanciados, Jesús los vinculó estrechamente. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo que es imagen de Dios. Por eso dice San Juan: “El que dice: ‘Amo a Dios’, y no ama a su hermano, es un mentiroso... el que ama a Dios debe amar también a su hermano” (Jn 4,20s)

El amor al prójimo, y al más lejano, supone necesariamente un sano amor a sí mismo, una sana autoestima, que no tiene nada que ver con egocentrismo. Solamente el que sabe que es amado, puede amar a otros.

 

MEDITACIÓN: ¿Qué nos dice esta Palabra?

Por medio del mensaje de este texto, se nos invita a amar a Dios con todo el corazón y el alma y al prójimo como a sí mismo, así como afirma Juan “El que dice que ama a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso...  el que ama a Dios, debe amar también a su hermano” (1Jn 4,20).

 

  1. ¿Qué entendemos por amor en el ambiente en que vivimos?

  2. ¿Cómo debemos vivir el amor cristiano? 

  3. ¿Amamos de verdad a Dios sobre todas las cosas? ¿en qué nos damos cuenta?

  4. ¿Quién es nuestro prójimo? ¿Lo amamos de verdad? 

  5. ¿Cómo respondemos al amor que Dios nos ofrece?

 

ORACIÓN: ¿Qué nos hace decir esta Palabra?

Hacer oración de acción de Gracias a Dios, por todo el amor que tiene para con nosotros, manifestado en el don de la vida, y en el llamado a pertenecer a la Iglesia Católica, y pidámosle que podamos corresponder a ese amor con una vida espiritual bien organizada, al igual que perdonando y ayudando a los demás.

 

CONTEMPLACIÓN: ¿A qué nos compromete esta Palabra?

Reconocer a Dios, que hoy nuevamente se manifiesta con su gracia, recordándonos que debemos amarlo a El sobre todas las cosas, con toda el alma y con todo el ser, y al prójimo como a nosotros mismos. Por tanto, ¿a qué me compromete el texto, en cuanto a mis deberes con Dios y con las personas con quienes convivo?

CANTO: Un mandamiento nuevo. MPC 442.

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